11/14/2006

Laberinto Mar Acrílico Sobre Cartón


[Cahuide]


El último guerrero inca, Cahuide, luchó bravamente contra los españoles en 1536. Al tope de la torre de (sus plumas y su brillante capa roja),“De acuerdo a las crónicas de 1532, Pizarro conquistó el norte del
Perú, pero encontró resistencia en el sur del país, en Cuzco, donde los Incas estaban tratando de recuperar su imperio en 1536. El conquistador tenía tres hermanos, quienes lo ayudaron en la conquista. El adversario inca
más valeroso para ellos fue Cahuide.
Después de ejecutar al Inca Atahualpa, Pizarro lo reemplazó con un
Inca títere llamado Manco. De ese modo, los españoles podrían continuar
la conquista con el apoyo de un soberano de ese imperio. Sin embargo, el
nuevo gobernante aceptó el nombramiento con la idea premeditada de
crear una sublevación y recuperar su imperio. Fue así que éste, comenzó a
organizar al ejército inca, mientras los españoles se dedicaban a explotar
sus nuevos territorios. Sin embargo, algunos de los propios hombres de Manco
Inca, que eran leales a los españoles contaron sus planes a Juan Pizarro,
quien lo apresó con promesas de traer más oro, Manco Inca convenció a
Hernando Pizarro, de que lo liberara. El Inca empezó a reunir sus tropas
nuevamente, mientras simulaba conseguir mayores tesoros. Juan Pizarro
fue a recapturarlo, pero en ese momento, Manco tenía ya miles de guerreros
y se enfrentaron en una batalla. Los españoles apenas pudieron resistir, y
sin alternativa, Juan, Gonzalo y Hernando Pizarro se encontraron sitia-
dos dentro del Cuzco, con menos de doscientos españoles, pero muchas tro-
pas incas leales a ellos. Arriba de la ciudad, estaba emplazada la famosa
fortaleza de Sacsayhuaman, cuya grandiosa estructura aún puede ser ad-
mirada. Hacia el Cuzco, la fortaleza tenía una pared de mil doscientos
pies de largo. Atrás, la edificación tenía dos terrazas, construidas en forma
escalonada y del mismo largo. Todos estos muros fueron hechos con piedras
de gran tamaño y tonelaje. Esta fortificación al principio, estaba dominada por los incas,

y esto les daba gran ventaja sobre la circundada ciudad. La única forma en que
los españoles podrían salir, consistía en apoderarse de ese privilegiado lu-
gar. Esa sería su última esperanza o morirían de hambre. En un desespera-
do esfuerzo, enviaron a Gonzalo para tomar esta fortaleza. La lucha fue
furiosa y muchos soldados murieron. Debido a una severa hambruna den-
tro de la sitiada ciudad, tuvo que hacerse un segundo intento para tomar-
la, acción que estaría dirigida por Juan Pizarro, quien era conocido entre
los españoles como un buen guerrero.
A la caída del sol, Juan y sus hombres asaltaron Sacsayhuaman. La
entrada estaba cerrada por dos grandes piedras, que los invasores removie-
ron aunque con gran dificultad. Una vez adentro, se encontraron entre dos
altas paredes. En ese momento, cientos de guerreros incas, casi los capturan.
Juan mantuvo la mitad de sus hombres continuando la lucha, e ingresan-
do a la segunda terraza. Casi perdida la batalla, los incas tuvieron que
refugiarse en las torres. Los españoles debían tomar esas dos últimas posi-
ciones. Juan Pizarro atacó la primera y fue herido en la mandíbula. Inca-
pacitado para usar su casco de hierro, un guerrero inca le destrozó el cráneo
con un certero tiro de honda. Mientras yacía moribundo, Juan arengaba a
sus hombres a mantenerse en la lucha; pero este héroe murió allí. Al final,
los incas mantuvieron el control de la batalla.
óleo sobre carton 20x10 cm


Ogar